Lei de Incentivo à Cultura
Alfonso Carvajal

Acento Crítico

“Una deslumbrante sencillez”

Cuando el talento, el rigor y la naturalidad se combinan, nace en todo su esplendor la sabia estética de lo simple o de lo sencillo. O como queramos llamarla. Esa fue la lección artística de “Truveja Para Nóis Chorá”, obra de la compañía brasilera de danza contemporánea Verve.

Es ya una tradición en el país de Jorge Amado y Rubem Fonseca, el manejo virtuoso de las artes escénicas en el campo visual y corporal. En el Festival de teatro de Manizales hemos visto algunos ejemplos inolvidables como “el Cobrador”, “Crack: fogonazos en la oscuridad” y “Rodin”, un homenaje a Camile Claudel. En la obra de Verve todo pareciera transcurrir en un sueño que apenas dura 60 minutos. Pero ma´s allá de este deleite de los sentidos, ¿Qué se esconde detrás del arte de la seducción?: la sencillez en mayúsculas.

Una composición sobria y unos cuantos elementos - accesorios - que ambientan la puesta en escena. Un cementerio con pequeñas cruces de madera que arma en pocos minutos uno de los bailarines actores; unas rosas rojas que también se mueven como olas; unos escupitajos juguetones; una música heterógenea e impactante (un tango, boleros en portugués, percusión brasilera contemporánea con raíces africaas); un baúl que sirve de ataúd o de banco de parque para enamorados o muchachos que charlan desprevenidamente. Al fondo un árbol palúdico y el horizonte amarillo acechándonos. Imágenes que brotan de los barrios populares y conforman un imaginario estético de la pura y simple cotidianidad. Allí radica la feliz escenificación de estos jóvenes que con sus cuerpos sólo intentan dibujar algunos cuadros que nos acerquen a la deslumbrante sencillez de la vida.