Rodrigo Campos López
La danza como un arte multimedia El Tiempo, Mécules 29 de septhembe
Rodrigo Campos López Enviado especial de EL Tiempo
El lenguaje del teatro contemporáneo tiene en Verve, compañia brasileña que participa en el vigesimosexto Festival Internacional de teatro de Manizales, a un exponente de talla mayor. El grupo trajo una propuesta que intercambia elementos de la danza, el video, las artes visuales, la música y el teatro y los convierte en complemento de los demás, en una mezela que estimula todos los sentidos. “Buscamos acercarnos a una lenguaje universal”, aseguró Mariusa Bregoli, una hermosa brasileña quien a sus 30 años es el más viejo de los interpretes del grupos. Y esa búsqueda resulta muy bien lograda en Plástico, presentada en el teatro de la Universidad Nacional. Y la búsqueda de ese lenguaje resulta tan exitosa que la compañia es invitada por igual a festivales de teatro y a los de danza como el que se realizo en Bogotá, Medellin y Barranquilla. Plástico, que surgió de una reflexión del director de Verve, Fernando Nunes, es una exaltación del cuerpo como máquina perfecta y una critica al cuerpo como contenedor vacío. Está lleno de una fuerte carga poética, expresada en imágenes que recuerdan juegos de niños, pero que están acompañados por fotos y discursos de Hither, Kennedy o Bush Jr., que convierten esa poesía en una ácida crítica a la plastificación de la politica y del manejo que se le da al mundo. Ys es la mano de Nunes la que le da ese ambiente interdisciplinario al montaje. Educado en el diseño gráfico, y sin conocimientos prácticos de danza, es un destacado artista plástico en su país. Casi todas las imágenes en video, proyectadas en la parte trasera del escenario, provenian de cámaras que los mismos intérpretes llevan pegadas a sus cuerpos. Y la propuesta tiene ese valor agregado de convertir al espectador en parte activa de la obra. Cada quien decide que quiere ver y en que momento. Desde el punto de vista de quien está sobre las tablas, Bregoli asegura que trabajar con video le resultó incómodo al comienzo, “ya que tocaba limitar las coreografias al tiempo especifico de las imágenes, pero después entiendes que el video es un bailarin más, con su intrepretación y su espacio, y tiene que ser respetado”. “No hay limites en la utilización de nuevas tecnologias – dijo la productora de la pieza, Maria Helena Alvarez - .Y la recepción del público es muy variada”. “La inclusión de las cámaras quita ese teló que hay siempre entre el escenario y el público”, comentó Bregoli. Público que deberá aprovechar esos espectáculos para irse acostumbrando al lenguaje del teatro del siglo XXI.
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