Alejandro Luque
Vivir – Cultura – 19/10/2003 Festival Iberoamericano de Teatro - Cadiz - Espanha
Hermoso y suave
Se sabe que la bandera de lo Brasil es un sello de garantia, una vacuna contra la duda, una de las escasas apuestas infalibles del Festival iberoamericano de Teatro. Cuando Brasil baila, hay una disposición en el publico que va traduciéndose en entusiasmo y siempre desemboca en aplauso. Hay quien defiende la existencia de una forma genuinamente brasileña de bailar, una marca de agua caracteristica. Podría ser así, del mismo modo que Cuba, Venezuela e México poseen también su sello propio. Pero para aquellos que no quieran detenerse en matices, podemos resolver que la característica esencial de la danza brasileña es bailar siempre bien.
La Verve que se presentó el viernes en el Aulario La Bomba, no iba a ser una excepción. Su propuesta, Truveja prá nóis chorá, se proponía recrear sobre las tablas algunos aspectos de la cotidianidad en el interior de su vasto país.
Para ello, el director Fernando Nunes ha concebido una escenografía extremadamente sencilla: un escenario desnudo, sobre el que cuelga un árbol seco invertido , a modo de raíz flotante. Poco más necesitan los bailarines-actores de la Verve para desarrollar su alegoría. La miseria, la fe, el amor, la muerte y hasta el más allá quedan dibujados en el montaje como viñetas amables, que alternan a partes iguales el lirismo y la comicidad. Incluso se permiten algunas licencias escatológicas deliciosamente infantiles. Y todo l hacen sin estridencia, sin pretensiones espectaculares, sin tremendismo, sino más bien con hermosura y suavidad.
Con un mensaje esperanzador, el espectáculo de Verve Compañía de Brasil concluyó como siempre acaba la danza carioca: saludo, ovación y caras sonrientes a la salida. |